Años 80. Pepín López Cebolledo tiene a la familia contenta. Hijo de Susi y Ramón, vecino de San Adrián del Besós y más conocido como el Niñato, el bisoño Pepín se saltó la edad del pavo para instalarse, manda huevos, en la del mono.
Endemoniado por la heroína y más en concreto por su falta, con la cabeza hecha un jolgorio y dado por naturaleza a la paranoia, el cuelgue, la neurastenia, la rayada máxima y la delincuencia social, al Niñato no le espera buena noche.
Con querencia por el pastiche, el homenaje puro y la alusión festiva, Los sueños del Niñato componen un surtido de pesadillas centelleantes que reafirman la colosal categoría gráfica de Miguel Gallardo.