¡Qué emoción! Se está instalando un nuevo vecino en la casa del mapache. Cascabel y el resto de vecinos (el pingüino rey, las garzas reales y los conejos) deciden ir a hacerle una visita inmediatamente. Gruñón, como indica ahora el buzón, les brinda una acogida algo gélida. Está ocupado y no entiende qué es eso de presentarse a los vecinos para hacer amigos
¡Si él no tiene! Prefiere los charcos de barro, el pescado podrido o cavar agujeros. No se hable más, a Cascabel se le ha ocurrido una idea buenísima: ¡practicar para aprender a recibir visitas!
Un vecino que no encaja; La nueva obra de la autora de A toda pastilla es una interesante historia sobre ser diferente, la aceptación y la tolerancia